sábado, 27 de enero de 2018

Rendida a Sus pies - 1 –

RELATO (Satsang) de SILVIA


Rendida a Sus pies - 1 –

Una noche tuve un sueño muy vívido y real. Veía una mujer de larga cabellera negra trenzada sobre la espalda, vestía una amplia túnica blanca, drapeada sobre el pecho, que se cruzaba sobre los hombros sujeta con una cinta atada bajo el busto. La joven estaba apoyada, de manera relajada, sobre una columna del barandal en arcos en un balcón del primer piso. Era un día muy soleado, probablemente de verano, pues el arroyo que corría frente a la casa traía
 muy poca agua. El paisaje con suaves colinas era agreste; todo estaba bastante seco y solo crecía vegetación achaparrada. Esta visión la experimentaba desde una posición elevada, como fuera del cuerpo, pero sabía que esa mujer era yo. Miraba de manera distraída cuando, por el sendero que cruzaba el riacho a mi derecha, vi acercarse un grupo de personas. Solo parecían sucios vagabundos, conversaban entre ellos, se reían y marchaban con calma, pese a que eran tiempos turbulentos. Esa docena de caminantes rodeaban en cortejo, a otro hombre sentado de costado sobre un pequeño burro gris, Él se mantenía en una posición erguida, serena y en su rostro tranquilo, muy curtido por el sol, asomaba una discreta sonrisa. Mientras los veía avanzar lentamente, pensé: «Ese debe ser Aquel del que todos hablan, Jesús el Nazareno». Desde mi ajeno punto de observación y solo por curiosidad, los miré alejarse hasta que desaparecieron detrás de una pequeña lomada...
Ese “recuerdo soñado” me acompaña desde entonces, a veces de manera dolorosa porque solía pensar: «Era Jesús y desperdicié la posibilidad de estar en Su presencia y compartir Sus enseñanzas». Cuando escuché hablar por primera vez sobre Sathya Sai Baba (Swami), me dije: «Esta vez no voy a perder la oportunidad de conocerlo, de acercarme, de escucharlo y decidir por experiencia propia si esto es bueno para mí, o no. Nunca me arrepentí de este propósito, todo lo contrario, creo que fue la mejor elección que hice en mis muchos años. Desde entonces, busqué, leí, averigüé, escuché, investigué y sé que cada día me acerco más a mi amado Maestro disfrutando y atesorando Su cercanía.





OM SAI RAM

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